"También criaba gallinas, vendía huevos, algo de huerta. De esa forma, vivimos muy bien. Por lo de Zapata, donde está Doña Corina, para abajito hay una casa: ahi nos pasaron un tiempo, tambien en la Quinta 24. Se sufría mucho para poder tener algo. Habia que madrugar para hacer todo, tener la comida hecha, los chicos que trabajaban. A las 6, 6 y media me levantaba. Cuando dejaba a la noche la comida para los pavos, los pollos, me quedaba más f´´acil para el otro día.
Si usted se deja morir por un dolor, sigue doliendo. Si usted se deja morir por pobreza, más pobre se vuelve."
Palmira Acuña de Goñi